martes, 17 de febrero de 2009

Sex changes

¿Cómo sería caminar por la calle, ir a trabajar, o asistir a una fiesta y asumir que el género de la gente que conocemos no es lo primero que determinamos de su persona? ¿Qué efecto tendría eso en la forma en que trataríamos a l@s demás? ¿O en la forma en que l@s demás nos tratarían? ¿Qué tal si el género dejara de constituir un signo de privilegio, de ciertas características de personalidad o de roles familiares? Si el género fuera un fetiche sexual o un símbolo de nuestra capacidad de brindar determinados tipos de experiencia erótica o espiritual, ¿cómo constituiríamos nuestra imagen pública? ¿Qué querríamos que l@s demás supieran primero sobre nosotr@s? ¿Sería más importante identificar nuestro animal preferido, signo del zodíaco, aspiraciones profesionales, tipo de alimentación, religión, alergias, o grado de disponibilidad sexual ante l@s desconocid@s, que identificar nuestro género?

¿Cómo sería vivir en una sociedad donde pudiéramos tomarnos vacaciones del género? O (lo que es todavía más importante), del género de otras personas. Imaginemos que se crean Zonas Libres de Género. ¿Y cómo sería vivir en una sociedad en la que no se castigara a nadie por travestirse? ¿Qué tal si se asumiera que el travestismo es una etapa normal del desarrollo? Extendamos la definición del travestirse para que abarque cualquier otro papel o fantasía que alguien necesite actuar. ¿Qué tal si tod@s nos ayudáramos a manifestar nuestros seres interiores más hermosos, atractivos, inteligentes, creativos y audaces, en lugar de contribuir a su eliminación? ¿Qué tal si el travestismo y otras formas de articulación del género se convirtieran en indicadores de gente sabia y visionaria en lugar de simbolizar perversión sexual y vergüenza? ¿Qué papel tiene cada un@ de nosotr@s oculto en su closet personal, encerrado como consecuencia de la amenaza de la violencia y el ridículo?Si estas preguntas te asustan, te molestan o te irritan, sos una de esas personas a las que el transactivismo puede beneficiar, si bien probablemente no lo veas como algo beneficioso. Y si estas preguntas te divierten, te atraen y te hacen cuestionarte, es probable que ya seas transactivista. Bienvenid@s a la revolución del género.

Pat Califia, Sex changes. The politics of transgenderism. San Francisco: Cleis Press, 1997.

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